Estatua de un kappa, en Asakusa, Tokyo (por cortesía de Pasa).Otro día, más frikadas en las calles de Japón.
Estatua de un kappa, en Asakusa, Tokyo (por cortesía de Pasa).

Hace no demasiados días me preguntaban por mi ciber-existencia. El caso es que, ya fuera por apatía, pereza o dejadez, desde hace unos años andaba virtualmente desaparecida.
Le he dado vueltas y creo que puede serme útil volver a comunicarme con el mundo.
Así que hoy he decidido lanzarme de cabeza al ciberespacio, y lo hago, cómo no, con esta gran primera frase del Neuromante, de William Gibson.
Espero no ahogarme.